En un artículo anterior vimos algunos alimentos que pueden ayudar a potenciar el funcionamiento del cerebro (Alimenta tus neuronas). Ahora vamos a repasar algunos que no son tan buenos. No vamos a hablar, por supuesto, de las drogas. Ya sabemos que, tanto las drogas legales como las ilegales, alteran gravemente el sistema nervioso central, produciendo daños irreparables.

Estos son los alimentos que deberías evitar o, al menos, reducir su consumo:

  • Azúcar – El exceso de azúcar en nuestra dieta dificulta la absorción de proteínas por parte de las neuronas. Debemos controlarlos especialmente en la infancia, pues afecta al desarrollo de nuestro cerebro.
  • Edulcorantes Artificiales – No es buena idea sustituir el azúcar por los edulcorantes, ya que éstos afectan a la capacidad de procesamiento de la información. Existe una creencia popular que los sitúa dentro los alimentos saludables por su bajo contenido en calorías, pero para nuestro cerebro son más dañinos que el azúcar. No nos queda otro remedio que reducir el dulce.
  • Cafeína – La paradoja es que utilizamos el café para mantener alerta nuestro cerebro. Pero en grandes cantidades puede generar ansiedad, migrañas y alterar nuestro ritmo circadiano. ¿Qué se consideran grandes cantidades? Depende del tipo de café y del metabolismo de cada uno, pero podemos establecer que unos 10 cafés diarios.
  • Tofu – Un estudio de la la Universidad de Oxford [www.karger.com/Article/Abstract/141484]detectó un mayor riesgo de deterioro cognitivo y otros marcadores de demencia en personas que tienen alto consumo de tofu en su dieta (también detectaron una mejor respuesta en aquellos que consumían fruta habitualmente).
  • Glutomato Monosódico – Este componente aparece en muchos alimentos procesados y platos de comida rápida. Es muy usado por su capacidad para potenciar el sabor. Pero tiene varios efectos secundarios. Una alta ingesta puede provocar dolor de cabeza y, a largo plazo, desorientación, fatiga, depresión y enfermedades neurodegenerativas.
  • Grasas Trans – Presentes en bollería, alimentos procesados y fritos. Por un lado, al ser fuente de enfermedades cardiovasculares, nos hacen más propensos a sufrir derrames cerebrales. Por otro lado, se ha demostrado su relación con la lentitud en la respuesta refleja y la probabilidad de padecer trastornos neurodegenerativos.
  • Sal – Las dietas altas en sodio generan aumentos en la presión arterial. Nuestro cerebro está regado de capilares y, por lo tanto, es muy sensible a estos cambios de presión. Nuestro cerebro se vuelve más lento.

No olvidemos que estos alimentos no son perjudiciales en sí. Simplemente se deben reducir dentro de nuestra dieta y tomarlos en su justa medida. Como dicen los nutricionistas, no hay alimentos buenos o malos, hay dietas desequilibradas.

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Categorías: Aprendizaje